Evento: Un deus salvaxe

Dos niños de unos once años se enfrentan con violencia en un parque. Labios hinchados y dos dientes rotos. Los padres de la víctima invitan a su casa a los padres del matón para resolver el conflicto. Lo que comienza siendo una charla con bromas y frases cordiales, adquiere un tono más violento la medida que los padres van revelando sus ridículas contradicciones y grotescos perjuicios sociales.
Las parejas empezarán a insultarse sin reparo alguno, y no dudarán en sacar los trapos sucios de sus respectivos matrimonios. Aquí no hay ni buenos ni malos. Ni tan siquiera vencedores y vencidos. Solo cuatro adultos que se enzarzan en una calurosa discusión que va desvariando más y más la medida que esta se va alargando innecesariamente.
La situación va descontrolándose de tal modo que nadie está a salvo de recibir su ración de ofensa personal, y todos los intentos por calmar los ánimos e instaurar la paz acaban fracasando. Cada uno tiene su propia opinión sobre cómo canalizar el conflicto que afecta a sus hijos (desde cómo definir la agresión hasta como castigar al agresor, pasando por ver quien tiene mayor o menor culpa), y de ahí surgen otros temas en los que por supuesto no logran ponerse de acuerdo.