El poso histórico de un pasado milenario y la fisonomía de los jardines han contribuido a darle a todo el conjunto de San Simón un aire decimonónico en el que tanto los espacios exteriores como las edificaciones conforman un gran centro de exposiciones para las artes plásticas, que completan la belleza inspiradora de este escenario único. En estanques, en vestíbulos, en el cementerio, en plazuelas, escondidas entre árboles o el mismo mar, donde el capitán Nemo y sus buzos le dan la bienvenida al visitante, nos sorprenden las esculturas de destacados autores gallegos. Como ya había ocurrido con poetas, narradores y trovadores de todos los tiempos, los artistas encontraron en la historia de esta isla innumerables fuentes para realizar su particular homenaje, desde la emigración y la represión hasta las viejas leyendas, la lírica medieval, la cultura del mar o la propia calma que se respira en San Simón. El arte convive con arquitecturas como el puente de cantería con tres arcos diseñado por Alejo Andrade, la capilla con fachada de estilo neoclásico o el viejo embarcadero y sus cinco muelles.