Gracias a los esfuerzos de personas y colectivos hoy conocemos una parte importante del acontecido en San Simón, que ha dejado una fuerte huella en la memoria de las víctimas, de sus familias y amigos y del vecindario en general.
A pesar de la información perdida y de la documentación de la época estropeada o destruida, se cuenta con diversa documentación oficial que ilustra los acontecimientos, así como con otras fuentes escritas y gráficas que llegaron hasta nuestros días, buena parte de las cuales proceden de los propios presos y de sus familias. Gracias a estas fuentes, historiadores, documentalistas y otros investigadores han realizado una gran labor para sacar a la luz el vivido en este lugar. El legado documental dejado por algunas de las víctimas de la represión, en forma de memorias, cartas, poemas, dibujos y otros modos de expresión, tiene un gran valor, pues acerca nuestro pasado a través de la mirada de sus protagonistas. Así, presos como Evaristo Mosquera, Diego San José, Manuel Barros, Alfredo Bautista, Eduardo Pantaleón, Ernesto Carratalá, entre otros, nos acercan sus vivencias, lo cual representa solamente una parte de los documentos y escritos realizados por los presos, muchos de los cuales ciertamente nunca se conocerán.
Han surgido también múltiples formas de expresión social y cultural y la creación artística tiene significado también una importante fuente para la memoria colectiva, a través de las obras que en el ámbito de la literatura, la plástica y otras formas de expresión rememoran o recrean el vivido. Mismo en la actualidad, unos 70 años después del acontecido, San Simón y su memoria siguen siendo fuente evocadora de las expresiones más actuales de poetas, escultores y otros creadores en el ámbito escénico y musical, en un esfuerzo de creación y recuerdo.