Es el edificio de mayor altura de las islas, con sótano, planta baja y dos pisos. Se destinaba a uso residencial de primera categoría para el pasaje en la época del lazareto y también acogía oficinas y la vivienda del director en la época de la colonia penitenciaria. Un uso residencial que se conservó en la rehabilitación, respetando las fachadas, la estructura interior, los corredores y las escaleras. Su excelente localización sobre el mar, rodeado de jardines, lo convierte en un escenario perfecto para alojar participantes en encuentros y actividades que precisan hacer noche en las islas. Cuenta con 21 cuartos con baño con capacidad para albergar 36 residentes, restaurante-comedor, diversas estancias para el descanso, la lectura y el ocio, así como cafetería, piscina y terrazas.