Nova: El CGAC repasa en Rexistros domesticados los 45 años de trayectoria de Marisa González

15/04/2016

El CGAC repasa en Rexistros domesticados los 45 años de trayectoria de Marisa González

Hasta el 19 de junio, se puede disfrutar de la obra de esta artista multidisciplinar pionera en España y en el panorama internacional en la aplicación de las nuevas tecnologías de la comunicación en la creación artística

Santiago, 15 de abril de 2016-  Rexistros domesticados, de la artista Marisa González, se inauguró en el Centro Galego de Arte Contemporáneo (CGAC), una exposición que viene acompañada de una conversación entre la propia artista y la comisaria de la muestra, Rocío de lana Villa, alrededor del trabajo de la primera. La charla tendrá lugar a tarde del viernes día 15, a las 19 horas, en la sala del Patronato y será abierta al público.

La obra, que ocupará la planta baja del CGAC y podrá visitarse hasta el 19 de junio, fue presentada previamente en el espacio Tabacalera Promoción de él Arte en Madrid, organizada por la Subdirección General de Promoción de Bellas Artes del Ministerio de Educación, Cultura e Deporte a comienzos de 2015.

Pionera en el ámbito de las nuevas tecnologías
Marisa González (Bilbao, 1945) es una artista multidisciplinar pionera en España y en el panorama internacional en la aplicación de las nuevas tecnologías de la comunicación en la creación artística. Comenzó a trabajar en los años setenta abordando temas como la memoria y la arqueología industrial, el reciclaje y la ecología, así como el feminismo o la marginalidad de las minorías en la aldea global.
Tras una estadía en Estados Unidos, adquiere inquietudes como la lucha por los derechos civiles, las diferencias étnicas, de género u orientación sexual, que provocarán una trascendental huella en la concepción de la obra y nos sus procesos creativos. Son constantes en sus piezas el feminismo y la apropiación de tecnologías de la información para cuestionar los canales de producción y de distribución del arte.

Su ideario se conforma desde un contexto de posicionamiento feminista y de oposición política a la dictadura militar de Franco, sin olvidar la lucha contra la situación de las mujeres artistas en España hasta las últimas décadas.

En el comienzo de su trayectoria conforma un amplio repertorio visual, generando cientos de papeles únicos fruto de la experimentación con innovadoras manipulaciones que surgen de fotografías tomadas en la calle con los protagonistas de los cambios sociales. En esa época también encontramos recortes de periódicos, de revistas y el planteamiento de vídeo-instalaciones.

Segunda y última etapa
En una segunda etapa, la finales del siglo XX, recoge las huellas de la memoria colectiva que hacen referencia a la desaparición de la producción fabril, como sucedió con la ?Central Eléctrica Mediodía? o del complejo del Matadero en Madrid, testigos videográficas y en formato fotografía que registran materiales salvados de derrumbamientos o lugares desmantelados. Todo esto a modo de almacenes afectados por el llamado mal de archivo.

En la última etapa ahonda en el trabajo de edición del material escolmado, y presenta planteamientos de instalaciones tecnológicamente menos sofisticadas pero más directas, en conexión con las nuevas audiencias. Los temas se centran en la marginación de las mujeres bajo un sistema patriarcal, las contradicciones de los valores de la modernidad y el precario escenario de la globalización, así como lo patente desequilibrio ecológico.

El relato que se propone en la muestra sostiene una unidad de fondo con las motivaciones temáticas, técnicas o formales que recorren la trayectoria de la artista durante cuarenta y cinco años, y se presenta agrupada en bloques temáticos como Sistemas Generativos, que contiene trabajos realizados con la primera fotocopiadora en color del mundo 3M; o Arqueología industrial con piezas como Fábrica o Lemoniz.
 

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